viernes, 11 de diciembre de 2009

Semi-Oda a las dendritas

Oh! amasijo de dendritas!
Oh conexiones!
Dejad el vapuleo!
No a mí estos vértigos!
No más las sacudidas!

domingo, 8 de noviembre de 2009

Dostoievski y la perra vida.

Para buen ejemplo de despotricador, Dostoievski en su etapa de quemado furibundo. El Papa, dice, el Satanás con tiara; nuestras ciudades, Babilonia, la gran prostituta del Apocalipsis; nuestra ciencia, un artificio vanidoso; la democracia, caldo espeso de un cerebro blando; la revolución, una chiquillada chapucera para tontos y engañados; el pacifismo, chismes de viejas.

Es más, como conclusión a una vida de vacilaciones y desasosiego, reniega del tormento de la libertad de conciencia y aconseja arrullarla con el ritmo muerto de la autoridad. Y de paso, anima al populacho a abrazar la Fe. Visto desde el final, piensa él que le hubiera resultado más satisfactorio ser un intimidado anónimo meapilas en vez de arrastarar su vacío y gastar su fortuna en juegos de azar, sin descanso ni vuelta atrás. ¡Gusanos, dejen sus madrigeras y unan sus voces!- dice en voces de sus álter ego -¡Hurra la vida!. Renegado de la Razón y atormentado por sus ataques epilépticos, opta por las sectas nacionales sin ninguna duda. No se lo reprocho.

lunes, 2 de noviembre de 2009

My high-heeled shoes.

Ok, Doctora Strawhair, ¿qué necesito llevar?- pregunto como niña aplicada pensando en la documentación para la firma del contrato.
Oh! no traigas zapatos de tacón, aquí en el laboratorio vamos cómodas, vaya, que no paramos de investigar- contesta segura de ser tan ingeniosa como atractiva.
Sure, Doctora Strawhair, nos vemos el Jueves.
Clic-cloc, clic-cloc, con mis botas de tacón.

domingo, 1 de noviembre de 2009

A punto de.

El azar me brinda una nueva oportunidad de abrazarme a ... no sé cómo llamarlo. Vaya, voy a hacer como que soy productiva. Después de meses de reflexión y toma de impulso, al ver que no encuentro momento para el gran momento, una opta por cavar su agujero, como una experiencia, de decrecimiento, o de nada. Que sí, que ahora voy a trabajar de científica. Y lo vais a entender. Qué hermoso es sentirte profesional, una se siente llena, entusiasta, emocionada.

Todos los Santos

El sistema, me ha permitido la friolera de ciento veinte días de vacaciones. Claro está que no todos los gastos iban a estar incluidos, pero considerando que llevaba diez años haciendo girar la rueda, quise probar el gran lujo de parar por una buena temporada. Aprovechando el mismo impulso (también podría llamarlo vómito) acabé además con la monotonía de entrar siempre a la misma casa, rompí el contrato de alquiler que no tenía (porque era en negro), y me separé de unos cuantos amigos que me tenían muy harta.

Hoy sonó el timbre de vuelta al trabajo y con una resaca más que considerable tiemblo al pensar que mañana empiezo a trabajar de nuevo. Durante el viaje de regreso, me asaltó de repente un llanto furibundo. No por nada, por el sentido homenaje que los bailarines de Pina Bausch rindieron a la coreógrafa el día de su muerte. Ya me dirás, las artimañas que se gasta el subconsciente para sacar lo que le come por dentro.

En la empresa deben estar esperándome con los brazos abiertos (unos doscientos cincuenta grados) porque allí reina lo penúltimo o antepenúltimo en dinámicas de grupo. Andan como locos organizando actividades los fines de semana, cursos de cuyo nombre no quisiera acordarme que se llaman “jornadas de convivencia”. Ellos creen que están muy cerca de los trabajadores de Google y yo opino están cada vez más cerca de France Telecom.


En mitad del desierto busco debajo de las piedras. Encontré un amigo que me dio cobijo. Hoy además, está pagado.